Hoy ha sido mi último día de trabajo en horario de tarde, creo que en unos cuantos años. La razón y pese a las dificultades que me han puesto, es que voy a reducirme la jornada y trabajar en un solo turno de noche para poder conciliar la vida laboral con la familiar.
Después de unos meses un poco duros, por fin ya tengo la sentencia en la mano. La ley me da la razón. Yo intenté por todos los medios no tener que llegar a la vía judicial y le dí a la empresa multitud de opciones con el fin de causarles el mínimo trastorno posible pero al final siempre tensan tanto la cuerda que se rompe. También me da rabia que mucha gente no lo entienda e incluso me tachen de insolidario solo por exigir lo que por derecho me pertenece.
Difícilmente vamos a conseguir mas mejoras sociales si la gente no está concienciada de lo que de verdad es importante.
A los políticos se les llena la boca hablando de la conciliación familiar, la ley para la igualdad entre hombres y mujeres está muy bien en la teoría, pero por desgracia, cada día es más difícil poder aplicarla. Además con la actual situación de crisis las empresas piden más flexibilidad de horarios y los trabajadores cada vez tienen más miedo a exigir, por temor a represalias y despidos.
Todos los expertos empresariales y económicos están de acuerdo en una cosa, que hay que subir la productividad para salir de esta crisis. Pero cuidado, eso no quiere decir más horas de trabajo. Los estudios sobre la relación entre la satisfacción de los empleados y la productividad, revelan que la facilidad para conciliar vida laboral y familiar, así como la felicidad de los trabajadores repercute en el aumento de la productividad y el descenso del absentismo.
Así pues, espero que mi sentencia suponga un pequeño granito de arena para que otros padres puedan dedicar a sus hijos todo el tiempo que necesiten sin tener que renunciar a su trabajo.